miércoles, 16 de marzo de 2011

Un ola y un adiós


Estiman más de 10 mil muertos por terremoto en Japón.

Japón: 10.000 personas desaparecidas en el puerto de Minamisanriku.

Hallados entre 200 y 300 cadáveres en la costa de Sendai.

...y así cientos de cifras , un montón de datos sobre una catástrofe natural sin precedentes, tras los que se esconden miles, tal vez cientos de miles o millones de pequeñas pero desgraciadísimas historias como la que me acontece , historias en las que un hola se transformó en ola y esta en adiós.

Aquel día parecía un día cualquiera y aunque desgraciadamente tornó en inolvidable , en principio lo era. Aunque a ti no te gustaba mucho, logré convencerte para ir a dar un paseo por la playa, cogimos un tren a las afueras y unas pocas paradas después nos bajamos en el centro de Fukushima, bajamos a la arena hablamos en nuestro propio idioma como siempre nos había gustado hacerlo, un idioma en el que el significado de las palabras estaba en la mirada, enlazamos nuestros cuerpos en un montón de abrazos covalentes y nuestros besos ponían paz en el propio Pacífico.

Tras esto yo volví para casa y tu te quedaste haciendo unas compras; te encantaba comprar, ver tiendas y pasear por la ciudad, decías que era porque en tu pueblo no había escaparates; yo sin embargo urbanita de nacimiento, lo aborrecía por eso no me quedé contigo, y por eso maldigo el momento en el que decidí marcharme y no disfrutar del privilegio de estar siempre a tu lado. Porque a la media hora ocurrió la tragedia, irónicamente el mismo agua que me había refrescado el día ahora me quemaba el alma y el océano que alardeaba de pacífico me declaraba la guerra llevándose todo, y de entre todo a lo que mas quería, llevándose a Yoake, sembrando en mi vida hectáreas y hectáreas de lodo bajo el cual no queda nada. Me culpo de no haber estado a tu lado para protegerte de aquel gigante llamado Tsunami, ese ladrón que me robó lo que mas quería, ese cobarde del cual el ahora nuevamente tranquilo Pacífico no me dice nada.

Desde entonces a mi tampoco me gusta la playa, ni siquiera esa playa sin agua; qué es una playa sin agua sino un desierto y qué es una vida sin ti Yoake sino una muerte que aún palpita y en la que lo único que me consuela es que ahora vivo en una nube radiactiva que unida a este lunar de mi pecho pronto me darán un billete de ida con destino tus brazos.



- HAIKU DE LA SEMANA-

Otoño
Fatal costumbre
besar hojas marchitas
esclava vida.


-CANCIÓN DE LA SEMANA-
El peligro es cuando queman las entrañas,
por amor o desamor que mas me da...



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