jueves, 10 de marzo de 2011

Crepúsculo eterno de la aurora


Jamás había estado en un mercado tan extraño como aquel, no se oía ni una voz, apenas había una o dos personas comprando, los comerciantes me miraban en silencio de forma siniestra como si desconfiaran, como queriendo decirme algo pero sin decir una sola palabra; los productos que se vendían también eran bastante raros, desde raíces de bonsai, hasta colmillos de tritón pasando por lágrimas de cocodrilo, ojos de cabra...¡incluso el himen de una virgen!.También el clima era peculiar, en apenas dos horas llovió, hizo un sol agotador, granizó... incluso juraría que los árboles se deshojaron, florecieron y dieron fruto en ese rato. Pero de entre todos aquellas rarezas había dos que me hacían estremecer especialmente, la primera era una intensa niebla que tan pronto inundaba todo en un instante y apenas se veía mas allá de un palmo como desaparecía cual lagartija asustada; la segunda era la sensación de ser observado por alguien oculto y no solo eso, sino que a ratos escuchaba mi nombre pero nadie a mi alrededor me estaba llamando.

Poco a poco inconscientemente iba alejándome del centro de Transilvania y me iba adentrando en el bosque, camino de las montañas, donde oía mi nombre cada vez con mayor intensidad y con mas frecuencia y donde en un peñasco casi en lo mas alto se encontraba aquel castillo que gobernaba todo a su alrededor. Y hacia allí se encaminaban mis pasos, cuando llegué los portones estaban abiertos de par en par , todo aquello era demasiado tenebroso, así que decidí no entrar en el castillo y volver a la ciudad, fué entonces cuando como de forma intencionada comenzó a llover torrencialmente y no me quedó mas remedio que refugiarme en aquel castillo.

Nada mas entrar los portones se cerraron de golpe y un montón de antorchas se fueron encendiendo una a una a ambos lados de un pasillo larguísimo que llevaba a un altar también iluminado por antorchas, en el que te vi por primera vez. Me hablaste y me dijiste lo que quería escuchar y como lo quería escuchar, como si pudieses leerme la mente, me hablaste de una vida eterna, de la inmortalidad, de la telepatía de dos almas gemelas, cambiaste tu alma con la mía , las mezclase y las volviste a separar, me convenciste de que aceptase tu mordisco y bebiese de tu cáliz de vida para así disfrutar de esa eternidad juntos , para que nuestras sangre, nuestra vida y nuestras almas estuvieran vivos para siempre y así nuestros cuerpos siguieran para siempre estremeciéndose juntos; te creí, me lo creí todo y acepté y así yo también me volví eterno, aprendí a cambiar el clima a mi antojo, a convertirme en niebla a mezclarme con la tuya y a amar tus manos frías. Así nos pasamos 13 eternidades, 13 eternidades que se pasaron volando en las que disfrutamos al amanecer del crepúsculo de cada aurora, del no latir de nuestros corazones, de no vernos reflejados en los espejos pero si en nuestras retinas, del cáliz de cada vida que secamos para compartirlo y mojar nuestras almas.
Pero al final llegó el final, la eternidad pasó a ser inexistente y desapareciste, te convertiste en niebla y sin despedirte te fuiste dejándome cegado por el crepúsculo de tu propia aurora . Te esperé en tu castillo una eternidad y otra y otra mas...así hasta que perdí la cuenta y comprendí que no volverías.

Ahora padezco esta juventud eterna que sin ti es como una vejez efímera tras otra, en la que una herborista del sur intenta crear pociones para curar mis males, para curar tus heridas eternas y transformarlas en efímeras cicatrices y la verdad que aunque no lo consigue del todo y no he recuperado la vista, me alivia, por eso quizás trate de convencerla para convertirla también en vampiresa, y así regalarle la eternidad; pero en mi conciencia aún humana, aún débil pesa tu recuerdo y temo convertir a esta herborista y que al final sea otro alma en pena.

-HAIKU DE LA SEMANA-
Traición
Cual cruel flor ríes
ingenuo colibrí
néctar mortal.

-CANCIÓN DE LA SEMANA-
Porque así lo he decidido

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