martes, 18 de octubre de 2011

Feliz


Otra vez te levantas y te miras al espejo, y no te gusta, otra vez, como cada día, trescientos sesenta y cinco días al año, pero sonríes, sonríes como siempre o como nunca, porque hoy quieres sonreír más, así que fuerzas tu labios, aprietas tus dientes y un día más te prometes que vas a ser feliz, un día más prometes que hoy será diferente. No es fácil, lo sé, quizás si tuvieses unos centímetros de más aquí y algunos kilos de menos allí, quizás si fueras más graciosa, o si tus ojos fuesen azules o verdes y estuvieran un poco más separados, todo sería más fácil, quizás serias popular, y las chicas populares siempre tienen novio, tú no necesitas un chico de revista, hace tiempo que no te interesan, solo necesitas alguien que te trate bien, que te haga sentir importante. Así que otro día mas sigues esperando el tren que te cambie la vida, esperando encontrar el billete ganador de lotería detrás de cualquier esquina, esperando ese no sé qué, esperando ese no sé quién.

Pero hoy dejas de esperar, hoy te montas en el primer tren que pasa sin importar el destino, hoy compras cien billetes de lotería sabiendo que uno de ellos va a ser el ganador, hoy no te importan esos centímetros de menos, o esos kilos de más, hoy te arriesgas, hoy no esperas, hoy es diferente, hoy por primera vez en tu vida quieres ser feliz.

http://www.youtube.com/watch?v=gH476CxJxfg&noredirect=1

domingo, 2 de octubre de 2011

Asta al corazón


De pronto, sin previo aviso, me percato de que estoy frente a frente con mi destino. Viene a toda velocidad, desbocado, dispuesto a arroyar con todo lo pasado en un abrir y cerrar de ojos; estoy arrinconado, no hay escapatoria, cierro los ojos y me rindo a él a puerta gayola...

Aquel día, la Plaza de los Fueros fue testigo de excepción de esta historia, una aventura inenarrable que dejaba en pequeñas migajas todas mis anteriores hazañas. Yo que había sido capaz de vencer a los Trols, de batir en duelo mortal al indestructible Goliat, incluso de hacer desaparecer la mismísima Estatua de la Libertad, jamás me había enfrentado a algo tan grande y poderoso.

Aquel ser aparentemente inofensivo, endeble e incluso irradiante de paz, traía consigo una fuerza fuera de lo común, una sensación que nunca antes había experimentado. Sus ojos me transmitían una seguridad que me hacía sentir endeble, lo cual contrarresté con alguna que otra mentira para sentirme mas seguro; su sonrisa me hacía fruncir ligeramente el ceño para protegerme de aquel brillo tan intenso, pero las gafas de sol me permitieron disfrutar de ella sin molestias. Su voz me tenía preocupado, poco a poco me iba hipnotizando y no podía hacer nada para evitarlo, suerte que la música de fondo mitigó los efectos de aquella hipnosis. También sus gestos, sus expresiones, su belleza y todo cuanto ella me iba mostrando me iba haciendo mella poco a poco.

Pronto me di cuenta de que aquella fuerza era algo superior a mi, algo a lo que no podría vencer jamás, pero a su vez algo por lo que debería luchar siempre. Una vez alguien me había hablado de algo así, de una sensación similar a la que yo estaba experimentando, creo que lo llamaba amor.

De pronto, sin previo aviso, me percato de que estoy frente a frente con mi destino. Viene a toda velocidad, desbocado, dispuesto a arroyar con todo lo pasado en un abrir y cerrar de ojos; estoy arrinconado, no hay escapatoria, cierro los ojos y me rindo a él a puerta gayola recibiendo una cornada de amor, en un ataque certero en el que atravesó el asta al corazón.



HAIKU:

Sueño en la distancia (acróstico)
Pía el gorrión y
Amanezco abrazado en
Zarzas de este amor.

CANCIÓN(ES) DEDICADA:
Naufragar, si es unidos, hará de este amor vuestra leyenda.