domingo, 14 de noviembre de 2010

Ken es un pringado.


- Mi prima me pidió un Ken para hacer compañía a su Barbie, como regalo de cumpleaños. Pero al final le he comprado un Action Man.

- ¿Y eso?

- Barbie no quiere un Ken, ellas no quieren un Ken, ¿Por qué iban a querer a Ken? ¡Piénsalo!

- Se supone que Ken es perfecto, no entiendo porque no lo querrían…

- ¿Te gustaría que el sudoku que haces todos los Domingos en el periódico lo pudiera resolver hasta un niño de cinco años? ¿O qué el juego que compraste para la Play 3 te lo pasarás en una tarde? Pues eso es Ken, demasiado simple, demasiado fácil de descifrar. Las tías necesitas a un Ken detrás de muchos Action Man, para volverse a sentir bien, volverse a sentir valorada, al igual que tu después varias semanas te haces un sudoku fácil para sentirte bien, pero solo lo necesitan para eso, para coger fuerzas. En cambio el Action Man, con sus tatuajes, cicatrices y ese lado oscuro, lo suficientemente canalla, para que ella piense que le puede cambiar, que lo puede domesticar, ¡eso es lo que quieren!

- Y a nosotros, ¿nos gustan las barbies?

- Pues claro, nosotros somos bastante más simples, nosotros nos quedamos con la Barbie para presumir delante de los amigos, ya sabes por lo de la cara bonita y eso, mientras que alguna Bratz nos está esperando semidesnuda en algún Motel de la periferia de la ciudad, borracha de falsas esperanzas.

- Sigo pensando que no has comprado el Ken porque es 40€ más caro que el Action Man.

- Eso también pudo influir...

No hay comentarios:

Publicar un comentario