martes, 2 de noviembre de 2010


Hace poco me contaron un cuento...el cuento hablaba de una reina de gran belleza, piel pálida y largos cabellos castaños. Esta reina era apodada la reina de los pies fríos, pues estos siempre estaban en una temperatura gélida, más propia de gente muerta que de seres vivos, influía en esto que la reina viviera en un castillo de hielo que la protegía del mundo exterior. La reina no solía salir del castillo, alguna que otra vez hacia alguna fiesta dentro del castillo, e inundaba su cuerpo de felicidad etílica, esto era lo más cerca que estaba de la gente, y lo más cerca que quería estar. Hubo un tiempo en la que esta reina era conocida por su sonrisa y su ironía(nadie la dominaba como ella en todo el reino) pero todo esto murió, y ahora solo quedaba una cara mustia y apagada.

Dentro del castillo no hay súbditos, solo tres guardias, que protegen a la reina de cualquier contacto del mundo exterior, y un prisionero. El prisionero es el antiguo amante de la reina, y está preso desde ella decidió construir el castillo, el opinaba diferente, y creía que los castillos son cosa de dos, y deben servir no para alejarse del resto del mundo, sino para acercar tu mundo al de la otra persona. Lo más curioso de este prisionero es que podía escapar cuando quisiera, los barrotes eran de hielo y fácilmente podía romperlos, pero no quería, para él dar ese paso era demasiado doloroso y le bastaba con verla pasear por el reino, y alguna visita en la que ella le llevaba café y algo para comer. Él sabía que se estaba engañando, que esa situación no se iba a poder sostener durante mucho tiempo y siempre decía que esta semana era la última, que si la reina no le liberaba se escaparía y se iría muy lejos. Pero si que había algo que a este cautivo personaje le impedía huir, los recuerdos, como si de tremendos grilletes se trataran, los recuerdos hacían que semana tras semana prolongase la agonía, pensando que quizás el futuro lo cambiaria todo. Así que los días pasaban para este esperando que la reina le diera una nueva oportunidad o que le cortara la cabeza.

Cuando escribí esto los sucesos todavía no habían desencadenado. Hoy ese prisionero, ha sido decapitado.

1 comentario:

  1. Bonito viento azota Ítaca, me quedaré por aquí si no les importa. Un saludo.

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