domingo, 3 de abril de 2011

Miércoles


Día 1: No te conozco, no se quien eres, no se siquiera tu nombre ni tu número de telefono, pero por alguna razón no he podido parar de mirarte.

Día 2: LLevaba una semana sin verte, una semana tratando de recordarte, tratando imaginarte, pero la realidad ha superado con creces mi imaginación. Has cogido el bus exactamente a las ocho y cinco, parece que solo lo cojes los miercoles a esa hora.

Día 3: Ahi estás otra vez, de nuevo es miércoles, entrás la última de la cola y cojes un sitio de dos plazas pero pones en una el bolso, hoy no quieres compañia. Sacas tu Ipod, apoyas la cabeza en el cristal y desconectas, borras el mundo de tu cabeza y dejas que hoy solo te acompañe la música.

Día 4: Hoy has traido un libro, te has puesto a leerlo desde el primer momento. No he conseguido leer el titulo, pero era un libro grande, eso significa que te gusta leer. Me gusta la gente que le gusta leer, ¿Quizás algo de Millás o de Javier Marias? ...No...te pega más algo exótico, algo más internacional... Aun no he decidido que libro leías.

Día 5: Quizás debería levantarme, quizás debería sentarme a tú lado, quizás acercarme y hablar de la música que escuchas cada mañana, pero en mi cabeza me ha dado por pensar que escuchas a algun artista decadente del pop británico de los 80 y no tengo ni idea de esa música, asi que no me levanto, no me acerco, no te hablo.

Día 6: Soy un experto en el Pop británico de los 80, al menos sé todo lo que pone en Wikipedia. También me he mirado el de los 90, últimamente no se que decada te pega más. Pero todavía sigo siendo un cobarde y sigo sin hablarte.

Día 7: Hoy te has sentado a mi lado, puede que hubiera sido un buen momento para hablarte, pero no me había hechado colonia y mi madre siempre dice que cuando hablas con un hombre que no huele a nada, es como si hubieras hablado con un hombre que no hubiera dicho nada, asi que he preferido callarme.

Día 8: Hoy he cogido fuerzas, me he levantado y he hablado contigo. Resulta que eres gilipollas...


Ilusiones matinales convertidas en nada. Dulce espera para tan agrio desenlace. Historia sin princesa a la que rescatar, habrá que esperar, habrá que esperar...

No hay comentarios:

Publicar un comentario