martes, 8 de febrero de 2011

Rojo,negro, blackjack


"Rojo, negro, blackjack" era lo único que nuestros ingenuos oídos querían escuchar. Era la combinación mejor pagada y menos probable de aquel lujoso casino de Las Vegas. Todas nuestras esperanzas puestas en un rojo en la ruleta 6, un negro en la ruleta 7 y blackjack para el crupier de la mesa 5; tan solo eran tres favores que pedíamos que nos concediese el azar para ser los dos hombres con la vida mas feliz del mundo,para poder vivir de la mejor forma posible con nuestras mujeres a las que habíamos logrado reconquistar y a las cuales amábamos con locura y sin miramientos, ¡lo juro!

Había llegado el momento, se cerraron las apuestas, nos lo habíamos jugado todo a una carta, todos nuestros ahorros resumidos en un puñado de fichas de colores en una jugada tal vez demasiado avariciosa, para la cual nuestra locura tuvo que esforzarse a fondo para que así nos dejásemos llevar. Dicen que la avaricia rompe el saco, pero en este caso el azar nos guardaba un as bajo su manga y escuchamos nuestra tan ansiada frase, "rojo, negro, blackjack" ; antes de que el director del casino, Mr. Morway terminase la frase, ya se habían oído descorchar las primeras botellas de champán francés, una tormenta de confeti dorado inundó aquella gran sala y todo a nuestro alrededor comenzó a ir muy rápido.
Y hasta aquí lo que recuerdo de aquel día, de ahí en adelante lo hemos reconstruido como una maqueta compuesta de pequeños flashes recogidos por nuestras retinas y por las consecuencias que nos encontramos cuando nuestro entorno volvió a ir a nuestra misma velocidad. Toda una noche de excesos, el alcohol embriagó rápidamente mi virginal hígado y no tardó en ahogar al de mi compadre, recuerdo vagamente gente entrando con bolsas de kilo de un polvo blanco que después nos servían en bandejas de plata como si de canapés se tratase, no tengo una imagen de mi mano separada de algún elemento humeante, de sabores y consecuencias mas o menos fuertes, dispuesto a ser devorado por mis pulmones...

Lo peor llegó cuando recuperé la consciencia, abrí los ojos y descubrí la fatalidad, estaba en la suite real del Hotel Luxor, desnudo y acompañado por una muchacha que no superaba la veintena también desnuda y con un certificado matrimonial entre las piernas en el que constaba que estábamos legalmente casados, en la mesita había una foto de la dantesca boda ambientada en la película Grease, mi sorpresa fue aún mayor cuando al pasar al salón contiguo me encontré a mi compañero en idéntica circunstancia; fue en ese momento en el que comprendí que la avaricia una vez mas había roto el saco, porque a pesar de que nuestras cuentas corrientes se vieron inundadas de un cero tras otro a la derecha de otro mas, habíamos renunciado a todos y cada uno de nuestros valores, esos mismos valores en los que siempre creímos y de los que con sufrimiento y con el transcurrir de mucho tiempo habían empezado a emanar los primeros frutos.
La vuelta a casa parecía un funeral, el cual terminó con nuestras vidas en pareja lapidadas a pesar de llevar nuestro arrepentimiento gravado a flor de piel.

Con el tiempo decidimos abrir nuestro propio negocio, un taller de maquetas en el que somos dos artesanos que buscan siete motivos a la semana por los que seguir viviendo y en el que construimos pequeñas maquetas de cómo habríamos querido que fuesen nuestras vidas, de las cuales a pesar de los millones de nuestras cuentas corrientes, ya no somos propietarios. Algunos días hacemos maquetas sobre cosas que podríamos hacer para recuperar en una tercera oportunidad, aunque fuese siendo ya viejecitos y arrugados, aquello que era lo que mas queríamos y que perdimos inconscientemente por culpa de aquella maldita frase "rojo, negro, blackjack".

Hoy te he visto pasar por delante del escaparate del taller, no has titubeado ni un momento, ni tan siquiera has mirado de reojo; aún así te he llamado a este tu número oculto, y no he sabido que decir.




-HAIKU DE LA SEMANA-

Eclipse:
Cambiante luna
de cara clara u oculta
¿cuál es la tuya?


-CANCIÓN DE LA SEMANA-
Pienso que es la canción cantada con mas sinceridad de la historia. No creo que jamás me olvide de ella y su dulzura desbordante , y creo que de ti tampoco
(NO DEJEN DE VER EL VÍDEO)




No hay comentarios:

Publicar un comentario