martes, 11 de enero de 2011

Il gondoliere


Que bonitos paseos en góndola en el atardecer de nuestra querida Venecia, en la que todo exhala amor, en la que el violinista que mora junto al canal toca la melodía más bella jamás improvisada y en la que todo baila al ritmo del son que marca el vaivén del flotar de aquella góndola.

Pero para, detente un instante; congela por un momento esa imagen y mira, y fíjate, fíjate en el gondolero , uniformado , siempre tan recto , tan perfecto , tan correcto...siempre dispuesto a remar por un amor, que pese a no ser el suyo, le merece todo su empeño.
Y es que todo gondolero, al igual que este humilde narrador. es un fracasado en el amor , un tocado y hundido en cuestión del corazón; pero que pese a todo ello sigue creyendo en que hay miradas que acarician y susurros que te abrigan, pues la única premisa de presencia obligada en el curriculum de todo gondolero , es creer en este sentimiento.
Si las palabras de aquel sabio entre los sabios eran ciertas "es el amor lo que hace moverse al orbe"; el gondolero forma parte de ese engranaje perfecto que hace que todo en este mundo siga su curso.

¿Que qué quiero ser de mayor? de mayor quiero ser gondolero pues gracias a mi trabajo generoso el mundo seguirá su senda.
Pero ten claro niña, que el día que montes en mi góndola remaré , remaré y remaré hasta caer exhausto pero para entonces habré conseguido salir de este laberinto de canales que separa a todo gondolero del triunfo en el amor.

Ya puedes darle al play, descongelar la imagen y disfrutar de lo bonitos que son los paseos en góndola cuando son contigo Amor.


2 comentarios:

  1. Nosotros ya fuimos, somos, y seremos gondoleros, amigo mío.

    ;)

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  2. eso es cierto llevando un carrito de la compra por gondola :)

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