domingo, 2 de octubre de 2011

Asta al corazón


De pronto, sin previo aviso, me percato de que estoy frente a frente con mi destino. Viene a toda velocidad, desbocado, dispuesto a arroyar con todo lo pasado en un abrir y cerrar de ojos; estoy arrinconado, no hay escapatoria, cierro los ojos y me rindo a él a puerta gayola...

Aquel día, la Plaza de los Fueros fue testigo de excepción de esta historia, una aventura inenarrable que dejaba en pequeñas migajas todas mis anteriores hazañas. Yo que había sido capaz de vencer a los Trols, de batir en duelo mortal al indestructible Goliat, incluso de hacer desaparecer la mismísima Estatua de la Libertad, jamás me había enfrentado a algo tan grande y poderoso.

Aquel ser aparentemente inofensivo, endeble e incluso irradiante de paz, traía consigo una fuerza fuera de lo común, una sensación que nunca antes había experimentado. Sus ojos me transmitían una seguridad que me hacía sentir endeble, lo cual contrarresté con alguna que otra mentira para sentirme mas seguro; su sonrisa me hacía fruncir ligeramente el ceño para protegerme de aquel brillo tan intenso, pero las gafas de sol me permitieron disfrutar de ella sin molestias. Su voz me tenía preocupado, poco a poco me iba hipnotizando y no podía hacer nada para evitarlo, suerte que la música de fondo mitigó los efectos de aquella hipnosis. También sus gestos, sus expresiones, su belleza y todo cuanto ella me iba mostrando me iba haciendo mella poco a poco.

Pronto me di cuenta de que aquella fuerza era algo superior a mi, algo a lo que no podría vencer jamás, pero a su vez algo por lo que debería luchar siempre. Una vez alguien me había hablado de algo así, de una sensación similar a la que yo estaba experimentando, creo que lo llamaba amor.

De pronto, sin previo aviso, me percato de que estoy frente a frente con mi destino. Viene a toda velocidad, desbocado, dispuesto a arroyar con todo lo pasado en un abrir y cerrar de ojos; estoy arrinconado, no hay escapatoria, cierro los ojos y me rindo a él a puerta gayola recibiendo una cornada de amor, en un ataque certero en el que atravesó el asta al corazón.



HAIKU:

Sueño en la distancia (acróstico)
Pía el gorrión y
Amanezco abrazado en
Zarzas de este amor.

CANCIÓN(ES) DEDICADA:
Naufragar, si es unidos, hará de este amor vuestra leyenda.

No hay comentarios:

Publicar un comentario