Y escapar, y volver a empezar, y dejarse llevar para volver a escapar, hasta que ya no quieras correr más, hasta encontrar algo, hasta encontrar a alguien, y que sus sonrisas maten tus días grises, y que sus caricias sean peripecias que te hagan perder la razón. Escribo sin saber porque hace mucho que no se nada, digo lo que dije, y no dije nada, y aquel día dije tantas cosas…
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